Carlos M. Vilas
La soberanía del estado se hace efectiva en cuatro dimensiones principales: i) el estado es el único que puede producir normas de cumplimiento obligatorio para todos los habitantes de su territorio; ii) tiene la capacidad y el derecho de resolver en instancia final los conflictos que puedan suscitarse en torno del cumplimiento de esas normas; iii) posee el monopolio de la coacción física para conseguir la obediencia a esas normas en caso que ésa no se manifieste de manera voluntaria; iv) tiene el monopolio de la emisión de moneda de curso obligatorio en las transacciones que se lleven a cabo dentro de su demarcación territorial. El proceso histórico de formación de los estados consiste precisamente en el modo en que estas cuatro dimensiones básicas fueron alcanzando realidad en determinadas organizaciones políticas de referencia territorial.